Un ojo… ahora el otro… ¡no! ¡Que el otro no se cierre! ¡Madre! Ya, se cerraron los dos, vamos, ahora sí… Uno y… ¡Dos!
Laura abrió los ojos y sintió un dolor en la cabeza. Almohadón duro este, que me vino a dar ese payaso… refunfuñó mientras se ponía una mano bajo al oreja para ver si así calmaba un poco el dolor. La cabeza le daba vueltas al tratar de recordar lo que Matías le había dicho anoche. Menudo excéntrico resultó ser el tipo ese. Sonrió al recordar lo asustada que había estado y lo idiota que había parecido después.
Luego de cortar el teléfono a sus padres, Matías se le había acercado y le había dicho que tenían asuntos que hablar, cuál no sería el chasco que había pasado cuando él le dijo que el tema era sobre Daniel.
-¿Qué? –había preguntado ella sin poder salir de su asombro.
-Sí, -continuó Matías –me preguntaba cómo es que se habían conocido, cómo había surgido la relación y así… las partes morbosas las omites por favor. –Y luego se había largado a reír.
Laura trató de levantar una ceja como había visto que lo hacían los emoticones del Messenger, pero fue imposible, por lo que se limitó a poner cara de “ah, claro, este…”
-¿Y para eso tanto jaleo? –Inquirió ella –bueno, digo porque podrías haberle preguntado a él directamente.
-Oh no, Daniel no me contraía nada de eso, ni en sueños.
-Pero ¿por qué quieres saberlo?
-Simple curiosidad.
-No soy tonta, a mi no me engañas –Laura lo miró entrecerrando los ojos –no me trajiste aquí por eso.
-En todo caso… -convino él asintiendo pensativo.- Pero lo otro ya lo sabes, es por lo de Estheffi.
-Te dije que no sabía nada.
-Pero eso n lo puedo asegurar, entonces hasta que no me digas lo que sabes te quedarás conmigo. Nos haremos amigos y…
-A ver, para, para, para –Laura levantó la mano en señal de Stop,- no voy a quedarme aquí por siempre.
-Eso dependerá de cuánto te demores en decirme lo que necesito saber.
Y así se pasaron el resto de la noche. Laura le contó algo relativo a Daniel, pero lo otro se lo pasaron hablando de las aventuras que Matías había tenido en el extranjero.
-¡¿Estuviste en Inglaterra?! –le preguntó con un cargado tono de envidia. Él había asentido orgulloso.
-Pues claro, y ahí casi me peleo con uno de los guardias del palacio, esos que no se mueven.
-¿Qué fue lo que hiciste?
-Eh, bueno, yo tiré un sapo en medio de la entrada, quería ver si lo sacaban de ahí o se quedaban quietos.
-¿¡Eh?! ¡Estás chiflado! ¿Lo sabías?
-Pero bueno, tampoco me fui muy limpio que digamos. Tenía que haber supuesto que ese lugar estaba lleno de cámaras y…
-¿Y?
-Que me pillaron, estuve metido en la cárcel como tres horas antes de que la agencia hiciera el papeleo. Aunque fue divertido.
Menudo idiota, había pensado ella. Pero él no era tan malo como parecía. Al contrario, era de lo más normal, claro que dentro de los cánones que ahora ella consideraba “normal”
Se estiró en la cama. Matías había insistido en que se quedara a dormir allí y él lo haría en el sillón del living. Cuando oyó una voz allí mismo que la hizo saltar.
-¿Mi Dani… acá?
La voz que había escuchado era inconfundible, podía ser capaz de oírla a metros de distancia, sin exagerar. Se levantó rápidamente de donde estaba, con la cabeza casi dándole vueltas por culpa de la almohada, y sin pensar estuvo a punto de cruzar la habitación para llegar al living, pero la puerta estaba cerrada y muy fuerte, entonces a Laura se le ocurrió ponerse a chillar lo más alto posible para que Daniel la escuchara “de seguro que así me salva y me saca de aquí…” Solo le faltaba acumular en sus pulmones un poco más de aire para dar de esos gritos de película, cuando escuchó:
-¿Y has encontrado alguna pista de a Estheffi? –Pregunto Daniel a Matías muy preocupado.
-No, nada y ella tampoco ha querido colaborar.
-Yo te dije… esto no va a funcionar así…y…
-Ya le vas a dar de nuevo con eso ¡hombre!
-¡Pero si es cierto…! – Daniel se comenzaba a alterar.
-Es la única manera de obtener información de esa española, a menos que quieras comenzar a jugar a algo más entretenido, ya sabes, en la organización sabemos hacer bien los trabajos de “agentes secretos” no me costaría nada localizar a esa niñita… “a mi manera”
-Pero esto lo estamos haciendo a ¡“mi manera”! –se exaltó Daniel.
-Por eso te digo, relájate y deja hacer esto bien a la manera que “tú” me dijiste.
-No quiero que se te pase por la cabeza informar al grupo de búsqueda de la organización del tema de Estheffi, esas cosas nunca terminan bien, y Laura… la quiere mucho, no quiero que ninguna salga herida.
-Y... ¿a caso tu crees que esto va a terminar bien? –Matías comenzó a reírse por lo bajo –Mira, aunque utilice la diplomacia con tu amiguita y por fin logre sacarle el paradero de esa española, al jefe no le va a gustar que llegue y se largue como si nada hubiera pasado, eso tu deberías saberlo mejor que nadie.
-Después yo veo como me las arreglo, por mientras tú sólo mantén la primera parte del plan, es decir, nada de violencia, vas a tener que convencerla de que es mejor que revele todo de la manera más sana… y rápido, no quiero que se siga mezclando en todo esto.
-Y… ¿por qué no la convences tú? Esa niña gritona que nunca para de hablar, es tu problema no el mío, y mira que si tu “plan” falla yo voy a ser el más perjudicado, es más, no debería ni siquiera escuchar tus locas ideas “utópicas”. En el mundo en que estamos la diplomacia no sirve Daniel, date cuenta.
-Ella también desconfía de mí, me he dado cuenta. Sabe en lo que estoy metido y sabe muy bien que no soy un aliado en el tema de su amiga española, no lograría nada hablando con ella. Quizás con “sanas” amenazas de tu parte reaccione un poco.
-Como quieras, pero después no me culpes de que las cosas se me escapen de las manos…
-No se te van a salir de las manos, porque te voy a estar vigilando Matías, recuérdalo… -Matías respondió con una risa.
-Como digas…
-Y… ¿ha comido algo? ¿Durmió bien?
-Supongo que sí, nadie podría dormir mal en mi cama…me costó el casi el sueldo de todo un mes.
-Hablo en serio.
-Yo también… ahora es mejor que te vayas antes que se despierte.
¡¡Ya me desperté Imbécil!!
-Si, eh… te voy a estar llamando por la tarde, para saber como va todo.
-Como quieras, pero hoy es el único día que voy a perder en esta tontería, si ya no funciona me voy a ver en la obligación de hacer las cosas como yo sé hacerlas, y no bromeo, me juego mi pellejo también, no lo olvides.
Lo último que se escuchó fue un portazo, Daniel se había ido y Laura no pudo gritar, se quedo casi paralizada con lo que acababa de oír.
¿Cómo Daniel me hace esto? ¿A caso le da lo mismo que este animal haga lo que quiera conmigo? ¿Cómo salgo de esta sin delatar a mi amiga? ¿Cómo hago para salir “viva” de aquí?
Mientras su mente vagaba entre complejos y enredados pensamientos e ideas que le venían a la cabeza a la velocidad de la luz, se dejó caer en el piso junto a la puerta cerrada con llave, mirando hacia la nada, tal cual como se le venía el futuro más cercano en estos momentos, sola y sin nada, ni con nadie.
El Otro Lado. Parte 2.
Hace 16 años
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