sábado, abril 04, 2009

Capítulo II. Parte 3

Laura estaba en su casa, leyendo Luna Nueva por enésima vez, esperando a que su hermana saliera del ordenador, para poder ella ocuparlo por si es que Daniel se conectaba. Cuando golpean la puerta.
-¡Laura te toca abrir la puerta! –le gritó su hermana chica.
-¡Nada que ver! ¡Le toca a Anahí!
-¡A mí no me metan, recién fui a comprar el pan! ¡Que vaya Dairy!
-¡Están locas! ¡A mí me toca lavar la loza!
-Ya, yo voy –dijo resignada Laura.
Se levantó de la cama de su hermana Dairy, miró detenidamente el número de la página en que había quedado, aunque igual la olvidaría, se puso sus zapatillas y bajó las escaleras para abrir.
-¡Todo yo! ¡Estas animales que no hacen nada en todo el día!
-Laura deja de gritar y abre la puerta. –Le respondió su hermana Anahí mientras veía por octava vez High School Musical 2.
-Está bien, pero alguien va a tener que comprar las cosas para el almuerzo. Me carga tener que hacer… todo… yo.
Laura había abierto la puerta y se quedó en una pieza cuando vio que quien había estado esperando, y de paso escuchando el griterío de ellas, no era nada más ni nada menos que Daniel.
-¿Y tú?
-¿Así me va a responder mi niña? ¿Ni siquiera un besito de bienvenida?
-Ah, claro. – Laura le da un beso en la mejilla, sin dejar de notar que Daniel corre la cara para dárselo en la boca, pero como ella está acostumbrada a esto es más rápida.
-¿Y no me vas a dejar pasar?
-Si, pero espera.
Lo deja afuera y cierra la puerta, para luego apoyarse en ella y tratar de respirar. ¿Qué mugre hacía Daniel en su casa? Ella lo había notado, estaba algo raro, él nunca hacía visitas así, sin avisar. En realidad, nunca hacía visitas. Y ese olor, no era la colonia que habitualmente usaba. No. Aquí había algo raro y ella lo iba a averiguar.
Laura volvió a abrir la puerta inmediatamente, no podía dejar a su lindo de Daniel afuerita de la calle y pasando frío.
-Pasa – lo invitó Laura con tono de voz normal.
-¡Hola! ¿Como has estado?
-¿Y que preguntas son esas? O sea obvio que igual que siempre, pero me da mucha curiosidad que hayas venido por aquí- le respondió mientras trataba de no hiperventilar.
-Yo pensé que te iba a gustar verme
-¡¡Ah!! No seas cuático, si es lindo que hayas venido, en realidad nadie viene.
-¿Y como están tus papas y tus hermanas? …¿Mm como esta Anahí?
¿A que viene esa pregunta…? Se preguntó Laura.
-Mm igual que siempre, haber dime cual es el punto. ¿Vienes almorzar?
-¡Ajajá! No, Laura… aunque si me invitas, demás que me quedo.
-Ya, te invito –y cómo no lo iba a invitar si de solo pensar que iban a estar sentados en la misma mesa se le ponía la piel de gallina.
-Pero me vas a tener que ayudar a hacer el almuerzo, porque estas hermanas mías son re flojas, por ejemplo Dairy ni siquiera sabe hacer un huevo
-Ah ¿entonces podríamos decir que tú eres la que lleva las riendas en la casa?
-Mm claro, algo así
-Está bien, te acompaño a comprar las cosas.
En ese momento a Laura no le importaba mucho ya a lo que venía Daniel, con tal de estar con el los máximos minutos que pudiera, no importaba, la podía acompañar desde ir al negocio, hasta a ver tele juntos, sin embargo mucha curiosidad le daba su visita, mas de la normal. Iban a paso lento por la vereda de al frente de sus casa hasta llegar al negocio de mas arriba.
-¿Laura?
-¿Dime?
-Tengo algo que decirte.
-Suéltala, para que te das tantas vueltas –cuando en verdad quisiera decir no importa, dilo despacio con tu linda voz.
-Es que me esta pasando algo extraño, y yo pensé que se me iba a pasar, pero no, a empeorado
-¿Eh… y es muy grave? –Laura se estaba preocupando. No era normal que Daniel se diera muchos rodeos para decir lo que tuviera que decir.
-Mas o menos, o sea, espero que lo entiendas
-Ya dime, que me muero de la impaciencia.
-Bueno, lo que pasa es que….
Y en ese momento caminando por la vereda de al frente estaba la misma niña que los miraba raro ese día de la kermes en el Liceo, pero esta vez había algo más. Se detuvo frente a Daniel, lo saludó y con una mirada penetrante como que le comunicó algo en gestos visuales. Ese fue un momento terrorífico para Laura. ¿De qué se había perdido? Quería saberlo ya.
-¿Qué onda? –le pregunto Laura controlando el tono de extrañes.
-Me tengo que ir, pero no te preocupes que tengo que terminar la conversación contigo.
-Eh, claro, pero ya me dejaste metida..
-¡Jajaja!! –rió Daniel nervioso. –No, si te lo voy a terminar de contar.
-Adiós.
- Adiós. –Le dijo Daniel dándole un beso en la mejilla, que Laura sintió mucho mas profundo y mas largo que de lo normal, y eso le encantó.
Daniel se dio la media vuelta muy rápido y corrió detrás de la niña y se fueron juntos. Pero en el suelo había quedado una carta algo hecha tira, se le había caído a Daniel. Así que Laura la recogió y cuando la pensaba guardar para entregársela después, le corrió el bichito de la curiosidad nuevamente, ¿Acaso aquella carta tendrá la respuesta a mis preguntas? Se preguntó Laura.
Así que abrió delicadamente la carta, para que no se despedazara más de lo que estaba. En su interior prácticamente no había más que dos líneas.
Al terminar de leerlo, por el suelo rodaron las monedas que llevaba en su mano para el almuerzo, ya todo estaba dicho, la cosa era muy simple. Recogió lo que se le había caído y despacio desapareció entre los niños que jugaban con sus autitos, y con sus bicicletas por el pasaje que conducía al negocio. Como si no reaccionara.

…Daniel, ¿Y ya le dijiste a tu amiga esa, Laura? No te des más vueltas, si yo se que ella igual va a entender. Trata de apurarte, no te puedo esperar por siempre. Te quiero.
PD: Te espero donde siempre.


El almuerzo no salió del todo bueno, seguro que con la ayuda de otra persona le hubiera quedado mejor, o tal vez si las lagrimas no hubieran caído en el guiso. Pero era imposible ocultarlas, afloraban solas sin saber como iban a parar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario