domingo, abril 12, 2009

Capítulo VI. Parte 5.

Daniel se encontraba solo en casa, no había asistido al liceo. Las cosas para él no iban muy bien, su trabajo le estaba quitando demasiado tiempo y como si fuera poco, no se dedicaba precisamente a envolver paquetes o atender un negocio. Lo suyo era algo más complicado algo que le traería muchos problemas.
-Aló –contestó cuando apretó el botón del celular para hablar.
-Hola, soy Matías. Oye los días pasan y aun no te tenemos por acá… tú sabes que esto no funciona así, el jefe se puede enojar, me tienes que agradecer que te estoy cubriendo.
-Si, si ya se, pero es que…. Vuelvo mañana, sin falta. –Daniel se estiró en el sofá frente al televisor.
-Pero que sea mañana, no me va a durar tanto tiempo la farsa.
-Si, si ya te dije, mañana…
-¡Ah! se me había olvidado, ahora subiste de rango.
-¿Qué? –Daniel se enderezó.
-Si, y eso que no haces prácticamente nada…. –Matías rió –bueno, pasa que ahora te van a dar un auto mas rápido… ¿entiendes?
El ánimo de Daniel se transformó de un momento a otro.
-¡No bromees! ¿En serio?
-¡Sí! Hombre, en serio… y está genial. –Daniel dudó.
-¿Pero esto no es por buena onda cierto?
-Mm… bueno, tú sabes como es esto…
-Ya me lo imaginaba, en todo caso no creo que sea algo muy difícil.
-En realidad no, cualquiera podría.
-¿Donde tengo que esperarlo?
-En la plaza, frente al banco.
-Mm ¿banco?
-Bueno, en realidad solamente es para despistar. Lo que verdaderamente importa es…



Cuando Laura salía de la universidad se encontró con un gran póster que decía:
“ENJOY” FIESTA DE INAUGURACIÓN, EL CASINO QUE NUNCA IMAGINASTE.
Le tomó algunos minutos darse cuenta de lo que eso significaba. La cosa no pintaba muy bien. En realidad ya le estaba entrando mucho cuco, tenía miedo y no por ella, si no por Daniel y por su amiga Ale. Las cosas nunca debieron tomar este camino, a demás estaba ya hasta la coronilla de estos sucesos medios raros que ya le hacían tener miedo a cada momento. Su móvil sonó.
-Eu, -saludó a quien sea que fuera pues no conocía el número. De repente su cara se iluminó a causa de la sorpresa. Rápidamente sonrió y cortó. No iría a clases, a demás la visita de una amiga de muy lejos era todo aun acontecimiento.
Cuando iba bajando vio a Ale con Eduardo conversando, pero no les hizo caso, ya no quería mas problemas.

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