-¿Osvaldo? – lo llamó mientras hacían la fila en el Doggi’s para pedir unos hot-dogs.
-Dime, -Osvaldo la miró hacia abajo, pues él era muy grande. –A ver ¿ya te calmaste?
-Bueno, -comenzó a decir Laura un poco avergonzada. –Sí, pero voy a ser bien breve. Lo que más me molestó fue tu actitud, me carga que creas que todo sucede por ti, ni siquiera se te ocurrió pensar que yo estaba así por algo mucho mas grave, quizás se murió mi perro o me había enterado de que Johnny Depp se retiró de Hollywood. –Terminó diciendo con tono irónico.
-¡Ja! –rió Osvaldo. –Ah, de veras… eso sí que es grave –le dijo mirándola fijamente a los ojos. –A ver, si esto no te pasa por lo que yo creo, entonces…
-Mira, primero que nada el tema de eso que tú crees lo vamos a dejar para otra ocasión, ahora tengo otro problema –A veces Laura pensaba que era demasiado obvio como se le notaba a veces su gusto hacia Osvaldo, no podía evadir el tema. La verdad es que estaba muy confundida respecto a eso, por lo que tal vez más adelante, cuando no tuviera EL enredo en su corazón ella se dedicaría a reflexionarlo.
-Bueno, como quieras, -le dijo él levantando los hombros. –A ver, soy todo oído.
Avanzaron en la fila y pidieron un combo de papas fritas y hot-dog. Osvaldo la siguió esperando a que les pasaran las cosas. Laura suspiró.
-Sucede que de un tiempo a esta parte, -comenzó a contarle ella cuando se hubieron sentando. -Como que me he estado enganchando mucho con “otra persona”… ¿te acuerdas de Daniel?
-Ah. ¿Y eso era todo? –preguntó Osvaldo atónito. –O sea, no deberías perder el tiempo así, te lo digo en buena onda…
-Si te vas a poner así, mejor te comes los dos hot-dogs tú solo, y me voy –le advirtió Laura con tono desafiante.
-Ya, ya, relaja –la calmó Osvaldo tomándole de la mano para detenerla.
-Bueno, -retomó Laura –lo que pasa es que hace unos días me enteré de que parece que le gusta otra niña y sí que va enserio con ella –su tono de voz se iba apagando hasta que las últimas palabras le salieron apenas.
-Mmm... Interesante. –Comentó su amigo asintiendo.
-¿Me estás molestando? –inquirió Laura rabiosa. Osvaldo se largó a reír.
-No. -Le contestó. –Lo que pasa es que creo que te estas ahogando en un vaso de agua, las cosas son más simples de lo que crees.
-¿A qué te refieres? –preguntó intrigada.
-Es que el otro día mi prima, que va en el mismo curso que “tu Daniel” me dijo que la supuesta amiga de ventaja de Daniel ya no era más que una simple amiga. Nada más.
-¿Cómo? –volvió a preguntar Laura sin entender.
-¡Ah Laura! Que te cuesta. Mira, Daniel está soltero y disponible.
-Y entonces ¿cómo es que yo lo vi con la chica esa el otro día? Y eso que vi en sus miradas parecía más que una simple amistad .
-Pensaste mal no más… -concluyó Osvaldo. -Lo que pasa es que para sacársela de encima tuvo que inventar que andaba con mi prima.
-¿Qué? –volvió a preguntar Laura totalmente descolocada.
-Sí, en serio.
-¿Y la nota que o me encontré? Mírala – Sacó un papel del bolsillo de su mochila y se la mostró.
-Esa es la letra de mi prima Camila. –Reconoció él luego de leerla. –Está loca, más que tú debería aclarar, las cosas que se le ocurre hacer -y seguía riendo, tratando de masticar lo poco del hot-dogs que le quedaba.
-¿Que tu prima es la de la nota?
-¡Agg! Laura no sabes nada. No se de que te sirve tener a Anahí en el colegio de Daniel como corresponsal si no te cuenta nada. Yo sé más que nadie-Osvaldo se calló.
Laura levantó la vista y lo notó un poco nervioso. Luego de un rato Osvaldo apretó los labios y esbozó una sonrisa forzada. Laura no tenía ganas de preguntar nada. No quería pensar acerca de nada por lo que esperó paciente a que continuara. Osvaldo carraspeó y suspiró.
-Apenas hablo con Camila –continuó como si no hubiera interrupción alguna. –Una vez por semana, creo. La nota la escribió apropósito y la dejó en el banco de la chica que acosaba a Daniel, por decirlo de alguna manera. Esa nota fue la que dejo “libre” a tu muchacho, o sea mató las pocas esperanzas que la chica tenía con tu “dani” –terminó diciendo con un leve tono de molestia.
-O sea… -Laura asentía mientras hablaba tratando de comprender, tuvo una duda. -¿Entonces por qué el otro día yo vi que Daniel salía detrás de esa niña?
-Ahí si que no sé, -Admitió Osvaldo. –No puedo estar en todas Laura, ¿también tengo una vida sabes?
A Laura le impresionó totalmente lo que escuchó. Nunca hubiese pensado en tamaño circo, y lo que más le disgustaba era que Anahí no le había dicho nada. Pero, ¿y si era mentira lo que Osvaldo le había contado? ¿Si lo hizo solo por molestar y hacer que su enfado creciese?
-¿Me puedo comprar otro hot-dogs Laura? –preguntó Osvaldo con tono infantil.
-Toma –Laura le pasó la cuponera casi llena de vales Sodexho.
Él salió raudo hacia la fila, mientras que ella se quedaba pensando en todas las posibles situaciones. Iba a averiguarlo y detenidamente.
El Otro Lado. Parte 2.
Hace 16 años
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